Una vez escribiste… “Pensémonos. Será el único camino para rescatarnos”. Hoy no somos capaces de hacer otra cosa que pensarte. Caminaste lo suficiente para ser un gran hombre, un gran marido y padre. Porque tú, Miki, como toda la gente que admirabas, hacías cosas. Cosas maravillosas como luchar contra una enfermedad que te ha llevado demasiado pronto, a los 42 años, después de haber publicado cuatro libros de poesía: Palabras de perdiz, Lírica de lo cotidiano, Érase un pez y Aquí estuvo Kilroy.
Llegaste a la familia del rugby gracias a tu pasión por este deporte que ya practicabas en Valladolid. Una afición al oval que le transmitiste a dos de tus cuatro hijos que forman parte de este Club. Tu y los tuyos sois parte de esta familia amarilla. Hoy te añoramos y lamentamos que no estés aquí con nosotros.
Aunque en realidad no te has ido. Las personas como tú a las que les gusta mirar a los que quiere, que sabe la diferencia entre ver y mirar, que comprende que la vida es cambio y merece entregar lo mejor de sí mismo y que no pasa por la belleza sin celebrarla. Esas personas, no os vais, seguís aquí, con nosotros, inspirándonos y acompañándonos en esta rara sensación de haber vivido que vosotros habéis sabido hacer tan bien.
Hoy los tigres del Rugby Alcorcón queremos unirnos al dolor de tu familia y amigos porque, aunque nunca te vas a ir, siempre te van a echar de menos Miguel Ángel. Aquí vamos a estar para ellos siempre. Nuestro corazón y apoyo están con ellos.
Fuiste un niño gigante que construyó catedrales de amor, palabras y gestos hacia tu gente. Hasta siempre Miki