Gorka Linacero, Pablete Franco, Rocío de Pablo y Akier Pérez son solo algunas de las historias más emocionantes entre nuestra familia de los tigres
En el año 2011, cuando Hernan Galiotti junto a otros socios decidió fundar el Club de Rugby Alcorcón nunca pensó en el alcance que tendría después de diez años. La evolución del club estuvo marcada por el incesante trabajo de directivos, delegados, secretarios, jugadores, padres y voluntarios, sin cuyo trabajo el proyecto no hubiera salido adelante.
Como ya afirmó Galiotti, uno de sus principales objetivos a corto plazo cuando se inició la andadura del club fue la visibilización, no solo del equipo, sino también del rugby como deporte de equipo alternativo. Folletos, charlas, visitas a hospitales, eventos… a lo largo de estos diez años se llevaron a cabo diversas estrategias para dar a conocer el club.
Gorka Linacero
Algunas de estas formas pueden enmarcarse dentro de un cuadro generalizado en el que se incluye a una gran mayoría. Este es el caso de Rubén Linacero, mejor conocido como Gorka. Sus primeros pasos comienzan, como muchos otros, a través de panfletos o carteles, hasta que un conocido le invitó a probar en los entrenamientos del Club de Rugby Alcorcón. Por aquel entonces Gorka era aficionado al fútbol y trabajaba los fines de semana como árbitro de Primera Regional.
Los estereotipos del rugby, el cual se veía como un deporte violento de contacto, echaron para atrás su interés por el mismo. Sin embargo, decidió probar y conseguir una ficha recién iniciada la temporada 2015/2016. Desde un principio no llegaba a entender un deporte como el rugby, mirándolo con ojos futbolísticos. La cortesía entre clubes tras el pitido final y el comportamiento respetuoso de los aficionados sorprendió al joven avilés. “Me llamaron la atención las personas, en el fútbol quizá las actitudes sean más bruscas pero en el rugby hay momentos y actitudes únicas que no ves en otros deportes”, afirma Gorka. Y así comenzó una bonita historia de amor que perdura hasta la actualidad, donde se ha convertido en entrenador del equipo femenino y la categoría sub-18.
Pablete Franco
Otras historias trascienden la normalidad y llegan hasta nuestros corazones. David “Pablete” Franco, jugador del equipo senior y entrenador de la categoría sub-8, conoció el rugby en el año 2017 pasando a formar parte del Club Atlético Rivas. Sus primeras andaduras en este deporte se transformaron en cesiones, primero en Alcalá y después en Alcorcón. Fue aquí donde encontró “un club diferente de lo que conocía y era lo que yo buscaba del rugby”, afirma Pablete.
Durante su cesión conoció otro tipo de personas y los valores de un club que inspiraron la idea que tenía en su cabeza sobre el rugby. Fundamental en este aspecto fue Daniel del Castillo, actual entrenador de la sub-16, quien afirma Pablete que “es uno de mis referentes en este deporte y me ha valorado y enseñado mucho”. Cuando terminó su cesión y regresó a su club en propiedad notó que no se sentía a gusto y tenía la necesidad de cambiar de aires. Así fue como el actual presidente, Javier Galache, le ofreció formar parte del equipo. Inició su aventura con los más pequeños, formando parte del equipo de entrenadores de la sub-6, liderado entonces por Marina, quien hizo uso de su legendaria amabilidad para ayudar a Pablete, haciéndole formar parte desde entonces de esta gran familia.
Rocío de Pablo
Rocío de Pablo es madre de cuatro maravillosos niños. Las niñas, Kenya y Triana, de 11 y 9 años respectivamente y los mellizos, Dylan y Leo, de 7 años. Unos años atrás la pediatra de los mellizos detectó que uno de ellos tenía TDH, comúnmente conocido como ‘hiperactividad’, y otro poseía dificultades para hablar que disminuyeron su autoestima.
En aquel momento la pediatra recomendó a sus padres inscribir a los mellizos en un deporte de equipo que les ayudara. En un primer momento Rocío no estaba muy convencida de ello. “No me gusta el deporte y en otras actividades el ambiente que se formaba en los padres no era lo ideal”, afirma Rocío. Sin embargo, el marido de Rocío y padre de los niños había sido desde hacía tiempo un gran aficionado al rugby. Decidieron entonces buscar un equipo cerca y probar durante unas semanas. Desde el primer momento en el que llegaron a las instalaciones del club fueron recibidos como una gran familia. Las facilidades y ayudas que podían darles desde dentro crearon un gran ambiente que encandiló a la familia. Y esto no se redujo a los mellizos, incluso las hermanas mayores, incitadas por Marina, pasaron a formar parte de los entrenamientos, convirtiéndose así en una familia de tigres al completo.
Akier Pérez
En el año 2015 nació Akier Pérez, un joven alcorconero que padecía episodios de bronquitis desde entonces. La nochevieja de ese mismo año, con tan solo unos meses de vida, Akier tuvo que ser hospitalizado por uno de estos episodios. Durante la semana de su hospitalización encadenó su primer día de Reyes, donde acudieron al Hospital personalidades como el alcalde. Una de esas visitas estuvo protagonizada por los jugadores del equipo senior del Club de Rugby Alcorcón.
Los jugadores ofrecieron todo tipo de regalos a los niños hospitalizados, dandole a Akier un peluche con forma de perro. Sin embargo, el joven Akier se fijó en un juguete que satisfacía mucho más sus necesidades de juego, un balón con el sello del club. Pese a la preocupación inicial de los jugadores por el pequeño tamaño de Akier finalmente se lo ofrecieron. La forma en la que el niño cogió el balón y lo tiró dejó asombrados a los miembros del club. “Qué buena genética tiene” repitieron varios de los jugadores. Finalmente, Akier salió de su ingreso con un peluche y un balón bajo sus brazos.
Tras su ingreso en el hospital, Akier acudió tres meses al osteópata para solucionar su problema pulmonar. Sus bronquitis se redujeron notablemente y su madre se planteó por primera vez inscribirle a un deporte cuando el niño comenzó el colegio. Las dudas iniciales, alimentadas por la preocupación ante la posibilidad de que Akier empeorara con entrenamientos bajo la lluvia y el frío, se disiparon al recordar aquella visita en el Hospital de Alcorcón. Ahora, siete años después de entonces, Akier forma parte de la categoría sub-8 y ha superado los episodios de bronquitis, “como un auténtico tigre y soñando con llegar algún día a los All-Blacks” afirma su madre.
Pero estas son solo algunas de las emocionantes historias que componen nuestro club. De una unión en la que se juntan un apasionante deporte cargado de valores como el respeto, el compromiso y el compañerismo; y un club que convierte a sus miembros en una auténtica familia, solo puede salir una mezcla apasionante y con un futuro brillante por delante. Y tú, ¿cuál es tu historia?
#RugbyLife