Los veteranos del club rememoran con nostalgia el rugby del siglo XX
Este 2022 se celebra en el Club de Rugby Alcorcón el décimo aniversario de su fundación. En el año 2011, Hernan Galiotti comenzó un humilde proyecto junto con otros socios y compañeros que desembocó en un gran club como es el nuestro y que aún tiene mucho futuro y crecimiento por delante. Sin embargo, este club no hubiera crecido sin la ayuda de personas con un gran pasado en el rugby y cuyos conocimientos han sido fundamentales para el club.
El actual presidente del club y socio fundador junto a Galiotti, Javier Galache, comenzó sus andaduras en el rugby desde una temprana adolescencia. Gracias a un viejo amigo conoció el club polideportivo Canoe, donde inició su extenso recorrido en el deporte. En este mismo club unos años más tarde Daniel ‘Taru’ del Castillo quien formaba parte de la sección de baloncesto, se interesó en el deporte de contacto al observar uno de sus entrenamientos.
Historias un tanto diferente a la de Juan Manuel ‘Juanma’ — . Sus primeros años estuvieron ligados al CD Arquitectura, aunque el verdadero club que recuerda es el CAU Madrid desde que se unió a ellos en su escuela de Aluche.
Con una edad más avanzada se unió Sergio ‘Ufo’ Fernández al equipo de rugby de su facultad universitaria. Ufo ya conocía el rugby gracias a su hermano mayor y su gran experiencia en el equipo de físicas de su universidad le sirvieron para unirse más adelante al CR Liceo Francés.
Poco equipos y muchas anécdotas
Cuatro experiencias diferentes cuyas visiones sobre lo que era el rugby hace años son similares. Durante las décadas de los ochenta y noventa el rugby madrileño difiere del rugby actual. Y es que los cuatro veteranos del rugby coinciden en que el deporte era por aquel entonces más divertido. El ambiente que se respiraba era diferente. En aquella época había pocos equipos, apenas se podían contar ocho o nueve y el contacto y las buenas relaciones personales entre jugadores de diferentes equipos eran habituales. Sin embargo, la dureza del juego era aún mayor y los equipos estaban conformados por jugadores con todo tipo de físicos. “Ahora tienes que estar muy fuerte para jugar arriba. Antes lo que no pitaba el árbitro lo pitaban los jugadores, se tenía menos cuidado con la integridad del jugador” afirma Ufo. “Era un deporte más salvaje” añade Galache, mientras Taru lo define como “violento”.
La organización de los encuentros presentaba una falta de regularización, lo que conllevaba problemas extradeportivos. “Muchas veces el árbitro no se presentaba y tenían que pitar un entrenador cada parte, se liaba una buena” relata Taru. Las disputas físicas en el campo eran de lo más habitual. Galache y Taru afirman que en ocasiones las peleas se buscaban y habitualmente los equipos usaban una palabra clave para comenzar los enfrentamientos, como “yogur” o “Coca Cola”. Pero eso quedaba en el campo y tras el partido todo quedaba atrás. “He estado en alguna que otra tangana en el campo y luego en el tercer tiempo se han comentado tranquilamente los "cómo me habéis pisado, pero os he fastididado un ensayo’” comenta Ufo.
“En un encuentro en el País Vasco, al acercarme a la banda una señora me abrió una brecha de dos puntos en la cabeza con un paraguas” recuerda Juanma.
Profesionalización
La profesionalización en aquel momento era ínfima. “España siempre ha ido retrasado en el cuidado alimenticio de los deportistas, no es hasta los 2000 cuando se empieza a investigar” afirma Juanma. Y no solo la profesionalización de los deportistas, sino la inexistencia de unos estatutos o la falta de organización por parte de la federación convierten al rugby de entonces en algo muy diferente del actual.
Ahora existe un mundo nuevo en el que nació nuestro club. Un mundo donde existe una rivalidad derivada por el sentido de pertenencia que antiguamente era impensable. En el que los padres se implican activamente con el deporte de sus hijos. Donde cada vez hay más visibilidad en España y cada día tiene una proyección sin límites.
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